lunes, 22 de julio de 2013

QUE ES UNA PERSONA VIRICA?

L as personas víricas son las que llegan y le contagian de mal humor, de tristeza, de miedo, o emoción negativa. Es igual que un virus: llega, se expande, le hace sentir mal y cuando se aleja, usted recobra su estado natural y, con suerte, lo olvida. El origen puede ser el mal genio, envidia, falta de consideración, egoísmo, estupidez o la falta de tacto. Lo importante es verse con recursos suficientes para protegerse del contagio. Víricos pasivos son los que echan la culpa de su mal a los que tienen alrededor, nunca son responsables porque son los demás los que provocan su malestar. Si les escucha y a usted le va bien, llegará a sentirse mala persona por disfrutar de lo que los victimistas no tienen. Y no porque no tengan posibilidad de hacerlo, sino porque han aprendido a acaparar la atención a través de la queja. Hacen sentir mal a quien no les presta la atención que pretenden. Con estas personas sufrirá el contagio del virus tristeza, frustración y apatía. Víricos caraduras son los que le pedirán favores, pero a la vez no son capaces de atender a sus necesidades. Son egocéntricos, y en el momento en el que se deja de satisfacer sus necesidades comienza la crítica y el chantaje emocional.
Los víricos criticones viven la vida de otros porque no les vale con la suya. Su vida es demasiado gris, aburrida o frustrante como para hablar de ella, así que destrozan todo lo que les rodea. Hay que mantener alejados a los víricos con mala idea. Están resentidos con la vida porque no han sabido gestionar la suya. Todo lo interpretan de forma negativa y en todo ven una mala intención. Viven en un ataque de ira, como si el mundo les debiera algo. El psicópata es aquel que inflige dolor a los demás sin sentir culpabilidad ni remordimiento. Hay muchos de guante blanco. Son los que humillan, faltan al respeto, amenazan y provocan que se sienta menospreciado, y se cargan la autoestima. Para evitar el contagio hay que pararles. Estas personas se acostumbran a llamar la atención con sus desgracias, pero son incapaces de responsabilizarse. Ante el virus de pedir, el antivirus de decir no. Una cosa es ser solidario y otra distinta es estar a disposición de todos y nunca para uno mismo. No permita que la persona vírica, criticona, haga juicios de otras personas que no estén presentes. No entre en su juego. No permita que alguien le falte al respeto ni le maltrate ni psicológica ni físicamente. Todos merecemos un trato digno. El que le daña no le quiere; olvídese de justificarle por su pasado, su carácter, su educación, el alcohol o sus problemas. Nada autoriza la falta de respeto. Esto es válido en el ámbito familiar, laboral y entre los amigos. Tenemos la obligación de ser felices y disfrutar

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