jueves, 10 de diciembre de 2009

La hipnosis es sugestión, pero sugestión que provoca cambios reales.


La hipnosis no es subjetiva, tiene un efecto real y material en el cerebro, que puede ser detectado con escáneres. Un equipo de investigadores de la Universidad de Hull, en Inglaterra, ha logrado las primeras pruebas concretas de un fenómeno considerado por lo general como una especie de alucinación inducida.

Hasta ahora lo que se manejaba comúnmente era un distante escepticismo sobre si realmente existe el estado hipnótico. Pero el estudio realizado en Inglaterra con voluntarios hipnotizados mostró en imágenes computarizadas cambios en las partes del cerebro relacionadas con el fantaseo y la imaginación.

Estos patrones cerebrales no estaban presentes en los participantes que tomaron parte en las pruebas y que no fueron susceptibles a la hipnosis, según han indicado los investigadores.

Como señalan los expertos, en un estudio publicado en la revista «Consciousness and Cognition» («Conciencia y Cognición») se impone la teoría de que la hipnosis prepara de alguna manera el cerebro para quedar dispuesto a la sugestión.

La hipnosis es realDe todos modos, el experimento británico no constituye el primer intento de los científicos de utilizar técnicas de imágenes de resonancia magnética funcional para monitorizar la actividad cerebral en personas que han sido hipnotizadas.

Pero componentes del equipo de la Universidad de Hull afirman que, en casos anteriores, los estudios se llevaron a cabo mientras las personas hipnotizadas realizaban determinadas tareas, de modo que no estaba claro si los cambios en el cerebro se debían al acto de efectuar una labor concreta o al efecto de la hipnosis.

En la reciente investigación, el equipo británico analizó primero la forma en la que los participantes respondían a la hipnosis y seleccionó a diez individuos que eran altamente susceptibles al proceso y a siete que no habían respondido fundamentalmente a la técnica, aparte de quedar más relajados.

Posteriormente se pidió a los participantes que llevaran a cabo una tarea mientras estaban bajo hipnosis —como escuchar música que en realidad no sonaba— y no sabían que se estaba monitorizando su actividad cerebral incluso en los períodos de descanso entre ocupaciones. Los investigadores también llevaron a cabo escáneres cerebrales de los participantes sin inducción hipnótica para poder comparar los estados de descanso dentro y fuera de la hipnosis.

Los resultados mostraron que en el grupo altamente susceptible hubo una actividad reducida en la región cerebral involucrada en el fantaseo y en dejar correr la imaginación, lo que se conoce como la red de «modo por omisión» (DMN, en sus siglas en inglés), que se activa cuando el individuo no está enfocado en el mundo exterior y el cerebro está en reposo, aunque despierto. Se cree que la hipnosis funciona clausurando el DMN, lo que deja al cerebro libre para concentrarse en otras tareas.

El doctor William McGeown, profesor del departamento de Psicología de la Universidad de Hull y director del estudio, considera que los resultados son inequívocos porque sólo se vieron en los individuos altamente susceptibles a la hipnosis. «Esto demuestra que los cambios en el cerebro se deben a la hipnosis y no a la simple relajación. Nuestro trabajo muestra que la hipnosis es real», ha asegurado.

Por su parte, el doctor Michael Heap, psicólogo clínico y forense de la ciudad inglesa de Sheffield, ha señalado que este experimento es el primero que muestra los patrones cerebrales que apoyan la teoría de que la hipnosis funciona al preparar al sujeto para que responda de manera más efectiva a las sugerencias. «Aún más importante es que los datos confirman que la relajación no es un factor crítico», ha agregado.

Como lo sabemos quienes nos dedicamos por años a la hipnosis profesional, ni siquiera es necesario que la persona entre en un estado mediano, ni que se “duerma”. La efectividad está en saber elegir las frases precisas y con la construcción adecuada para que sean recibidas por el subconsciente o un estrato más profundo de la mente, como quiera que se desee llamar.
Cuando se sabe hacer las cosas, la sesión puede durar pocos minutos y el cerebro desconecta el DMN, permitiendo producir cambios reales según lo que se está señalando en el guión o “script”. Esto explica los resultados definitivos y rápidos que hemos obtenido con nuestros clientes. Realmente, la vida cambia.



Mecanismos fisiológicos de la hipnosis


La hipnosis se ha practicado durante siglos bajo distintos nombres; sin embargo, se desconocía cómo se producía el estado de trance. En general, se creía que el hipnotizador tenía un poder especial.

Actualmente sabemos que es el propio paciente el que provoca los cambios con la guía del profesional. Dichas transformaciones se ocasionan desde el interior más que desde el exterior. En la última década, los psiquiatras han descifrado el enigma del desencadenamiento del proceso hipnótico en el cerebro y han aparecido tres nuevos conceptos.

Neuropéptidos. Se sabe que este compuesto químico natural es el responsable de funciones tan básicas como el sueño, la tensión, el apetito, el sexo o el placer. Los péptidos son producidos por los sistemas nervioso y endocrino, y se encuentran en la endorfina.

Endorfina. Hormona que se asocia a las sustancias opiáceas producidas por el cerebro. La terapia hipnótica ayuda a liberar esta hormona, que actúa de forma parecida a la morfina y que alivia los problemas de respiración, abatimiento, dolor de muelas y otros trastornos dolorosos.

Hemisferios cerebrales. Este concepto está relacionado con la teoría de la especialización de los hemisferios cerebrales. Se considera que el lado derecho es la fuente de la creatividad y de la imaginación; la visualización, la estimulación sensorial y los sueños son algunas de sus funciones. El izquierdo tiene encomendado el pensamiento lógico y lineal así como la operación de traducir las imágenes del hemisferio derecho en manifestaciones físicas.

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