Todo lo que hacemos, pensamos, sentimos, vivimos, realizamos, o dejamos de hacer, positivo o negativo, todo, absolutamente todo, y en todas y cada unas de nuestras vidas, queda registrado en Akasha. Éste es un sitio, en planos etéricos, localizado en una cueva, y custodiado por el Ángel Registrador.
Los Registros Akáshicos, son para cada uno de los Hijos e Hijas de Dios, el documento que demuestra que hemos vivido durante tantas vidas, en ellos se registra por ángeles que prestan su Servicio en esta área, todos y cada uno de los actos, pensamientos, acciones y omisiones de todos los seres encarnados.
Cuando el Ser hace su transición, mientras recorre ese túnel que nos conduce a la LUZ, precisamente para asisitir al Gran Consejo Kármico, se ven todos los actos positivos y negativos de su última vida, como si fuese una película que le proyectan en esos momentos, es algo instantáneo pero que impacta a quien los está viendo, pues con la sorpresa del paso hacia el plano etérico y todos los acontecimientos que ocurren, que descontrolan generalmente al protagonista y luegto entrar en el túnel y ver proyectada toda su vida para que tome conciencia de cuanto hizo y dejó de hacer, todo lo que le dió dharma y todo lo que le creó karma negativo es impresionante, pues cuando se para uno ante los Maestros del Consejo Kármico, ya tenemos conciente y elaborado lo que fuimos en esa vida y nos damos cuenta perfectamente si logramos nuestro Plan Divino o no.
Los ángeles al Servicio de Akasha, escriben diariamente en los Rollos, todo lo que acontece en cada uno de los Hijos e Hijas de Dios, ésta es una ardua labor, que realizan con gran Amor Divino por nosotros
No tenemos acceso a estos Rollos, fielmente resguardados, solamente cuando estamos en transición es que nos permiten revisar toda esa última vida.
A algunos Hijos de dios en el plano físico, se les otorga el gran Don de la lectura de los Registros Akáshicos. Este Don se otorga a Maestros Ascendidos o no Ascendidos, que están dando su Servicio en el Discipulado, entonces a Ellos se les otorga este maravilloso Don, para que puedan reconocer entre los alumnos quienes son, de dónde provienen, cuál es su carga kármica y de que dharma son beneficiados y puedan leer todas sus vidas previas y saber en donde han fallado y que virtudes y Dones poseen.[...]
(Extracto del libro Chispas de Luz, autor Roberto Vázquez Palacios, Capítulo 24 Akasha, pág. 128)