Cuando, dentro de tí, te encuentres con algo que te resulte dificil de manejar, hazlo como si fuese la siguiente gran prueba que tienes antes de entrar a la conciencia de Dios. En lugar de maldecirlo, odiarlo y temerle, ponte de pie ante ello y bendícelo y entra en ello con tanto entusiasmo que no se te pueda negar que lo completes. Abrázalo y ámalo. Vas a descubrir que no hay ni una experiencia que vaya en tu contra; todo se puede usar para tu beneficio.
John-Roger De: Cumplir con Tu Promesa Espiritual